Por Marcela Contreras
Terapeuta holística. Facilitadora Método Integra
Autora del libro «Elijo Amar»
El tema de hoy me lo inspiró una película que vi el fin de semana. Me hizo reflexionar sobre la forma en que llevamos nuestra vida, cuáles eran nuestras prioridades, las creencias limitantes, entre otros.
Gran parte de las personas busca el éxito y el logro de sus metas, otras viven con miedo o preocupación. Suena bien querer tener éxito, pero para la mayoría se logra consiguiendo cosas, como un buen trabajo, una posición económica, ser “reconocido” por el resto e incluso “ser famoso”. También están los que “luchan” día a día por concretar metas como tener una o varias propiedades, el mejor automóvil, un buen cargo en el trabajo, etcétera. Pero generalmente, basan todo ¡en cosas externas! Y si no lo consiguen rápidamente, viene la frustración, el sentimiento de fracaso, lo que, a la larga, imposibilita mucho más lograr lo que queremos.
También están las personas que viven con miedo, porque desde pequeños quedó en sus subconscientes las creencias limitantes de sus entornos cercanos o se potencian con la televisión o medios de comunicación masivos que hablan de altas tasas de delincuencia, violencia, muertes por virus incontrolables, atentados, etcétera. Y todo esto los inunda de preocupación y pasan los días “tratando” de evitar situaciones de riesgo y lo que logran, a la larga, es que dejan de VIVIR.
En la película que vi, un ser de otro planeta llegaba a la Tierra y desde el inicio tenía que lidiar con el comportamiento del ser humano, ya que en un primer contacto le robaron una especie de “control de mando” que le permitía volver a su planeta. Fue así como empezó su aventura para recuperar dicho control mientras conocía a personas con distintas creencias, que le decían por ejemplo que su Dios le cumpliría lo que él quisiera si realizaba ciertos rituales. El extraterrestre exploró distintas religiones, pero por más que se esforzaba ningún Dios le devolvía su control de mando.
Un día conoció a una muchacha, le gustaba mucho conversar con ella, comenzaron una amistad y un día él se dio cuenta que comenzaba a enamorarse y su reflexión fue: “Que linda forma de perder el tiempo es amar”, Él decía: me gusta perder el tiempo mirándola, escuchándola, arreglándome para ella, me di cuenta que el amor es una pérdida de tiempo, pero aún así quiero perder el tiempo de esta forma, me encanta esta pérdida de tiempo y vale la pena sentir esto.
Si lo analizamos, así es el amor, podemos estar con la otra persona sin hacer algo en particular, pero de todas formas eso te llena el alma. Podemos estar sentados en una plaza mirándonos, conversando, tomando un helado, o en la privacidad de nuestro hogar escuchando música o bailando, acostarnos en la playa tomados de las manos, una noche de verano y contemplar las estrellas , y en el día caminar por la arena, sentarnos y contemplar a un perrito jugar con las olas, mirar las gaviotas cazar, disfrutar del sol, el aroma de la naturaleza, luego caminar hacia el hogar y contemplar las múltiples flores en el camino, en fin como decía PK, el protagonista de la película, amar es la mejor forma de perder el tiempo.
Y a ti, ¿de qué forma te gusta “perder el tiempo”?
¡Te deseo un maravilloso julio!