Valeria Solís T.

Directora Mirada Maga ediciones

Hace un par de décadas referirse a sicólogos o médicos clínicos que hablaran abiertamente de vidas pasadas o de experiencias «entre vidas» parecía excepcional; en la actualidad, en cambio, llegar a registrar información de un pasado que incluso puede viajar en el tiempo, no como un experimento mágico, sino como una herramienta para llegar al origen de un trauma o experiencia positiva, es una práctica cada vez más aceptada.

María Elena Rojas, Sicóloga (UC,1987) con especialidad en sicología clínica desde 1985, nos cuenta su experiencia de haber ido más allá de lo que la formación tradicional le entregaba, y de paso permitirse a sí misma, comprender la existencia vital como algo más hermoso y completo.

«La formación en la escuela de sicología es amplia no sólo a la sicopatología propiamente tal, es decir, en los trastornos siquiátricos o alternaciones que tenga la persona, desde niños a adultos. En ese sentido he tenido una experiencia amplia con todo tipo de patologías y trastornos que las personas pueden presentar, desde personas normales con alteraciones que todos pueden tener en algún momento, con personas que buscan el autoconocimiento, con personas que buscan y quieren encontrar un sentido a su vida», explica.

¿Y en la práctica, cómo llega a acercarse a prácticas alternativas dentro de las terapias?

– Yo salí con una formación buenísima de la Universidad, pero uno tiene que continuar estudiando e investigando, pero también se produce una coincidencia que te va llevando por un determinado camino, y en ese sentido si hay algo que siempre me fascinó es lo que algunos llaman «estados alterados de conciencia» como la hipnosis. Curiosamente en la Universidad jamás se nombró la palabra hipnosis, cuando es una herramienta clínica que surge con Mesmer (Franz Mesmer, 1733-1815) y por eso antes se llamaba mesmerismo. Él hacía entrar a sus pacientes a determinados estados de conciencia y obtenía buenos resultados. Posteriormente Freud con Charcot lo hacen en Francia, y después es un medico inglés el que acuña la palabra hipnosis, que significa sueño, donde las personas entran en estados de trance.

La hipnosis se ha caricaturizado en cuanto a que alguien puede influir en el comportamiento de otro, ¿qué piensa de eso?

– Claro, claro, hay mucho mito y desconocimiento respecto de la hipnosis. Pero si se lee bien, la hipnosis es un estado de profunda concentración, en el cual la persona entra en un trance, porque se concentra tan profundamente que ningún ruido externo ni nada lo interfiere, y curiosamente entra a un estado de supra conciencia en el cual focaliza, es decir, pone toda su atención en algo determinado como puede ser recordar el momento de su nacimiento. Un escéptico puede decir que todo es producto de la imaginación, pero uno tiene que ir más allá.

¿En qué sentido?

– Me tocaron muchos casos donde los pacientes podían recordar el momento de su nacimiento y después podían verificar cosas que no sabían y que sus padres nunca les habían dicho, y ahí podía haber un contraste de información, en otros casos no fue posible porque los padres habían fallecido, pero hay algo que la persona sabe que eso fue así.

¿Qué efectos tiene en las personas una hipnosis regresiva? ¿El hecho de recordar, los alivia? ¿Qué ocurre exactamente?

– Claro, los alivia. Ocurre por ejemplo en el caso de una persona que no recuerda a su padre, porque éste falleció cuando tenía un año, y en la regresión se le da una indicación a la persona para que vaya a un momento de su vida donde tenía meses de edad, y la persona ahí logra recordar. Entonces, son vivencias que permiten integrar algo que estaba en la nebulosa, que estaba en el ámbito teórico, “yo sé que mi madre o mi padre me tuvo en brazos”, pero no estaba la vivencia, y en ese sentido se logran experiencias muy sanadoras.

Cuando la persona está hipnotizada, ¿puede sentir de una manera más clara?, ¿los sentidos se agudizan?

– Sí, sí, aunque hay personas que tienen esas habilidades más desarrolladas, porque no a todos les ocurre lo mismo, no todas las personas entran en trance, ni todas entran de la misma manera; algunas incluso quedan en blanco, y cuando eso ocurre con un paciente yo insisto como máximo una tercera vez, porque eso significa que la persona no está preparada y las resistencias están actuando muy fuerte, entonces uno tiene que ver otras alternativas. Pero según mi experiencia en esta línea, donde llevo más de 15 años de trabajo, ha sido gratificante, las personas logran reencontrarse con un padre, con una madre, con sus vivencias hasta en el vientre materno.

¿Y qué pasa cuando la experiencia surge en un pasado anterior a esta vida?

– Te refieres a las vidas pasadas, que en esta época se han ido integrando a occidente en forma más natural; yo diría que uno de los méritos de Bryan Weiss fue ése, con su libro “Muchas vidas, muchos maestros”. Y bueno, he tenido experiencia de pacientes que llegan a vidas anteriores, muchas, muchas. También hay que replantearse el otro lado, yo reconozco que tengo un lado escéptico que creo es bueno tenerlo también, pero en muchas ocasiones incluso en un programa de televisión en el cual participé (Revelaciones, TVN, año 2001) y en muchos pacientes que he tenido donde he quedado “plop”, y digo «qué es», porque no puedo contrastarlo, no puedo verificarlo, pero esto me indica que hay algo más, porque frente a una persona que habla en un idioma que no conoce y, sin embargo, está hablando en ese idioma…

¿Y eso ocurre espontáneamente, que la persona conecte incluso para hablar en otro idioma?

– Sí, espontáneamente, y eso se llama xenoglosia, uno podría decir que es parte del inconsciente colectivo, que está en nuestra memoria celular, están esas posibilidades y nadie se puede negar, pero son experiencias muy interesantes y sanadoras. Hay viajes a vidas pasadas donde la persona se ve en el 1500 y vive toda una historia, pero esa historia, y ahí está lo interesante, es que se integra a su vida presente actual y tiene que ver con sus conflictos actuales. Por lo tanto, si esa historia del 1500 tuviera que ver con su imaginación, no importa, porque terapéuticamente está ayudando. Si es una vida pasada o no lo es, estamos frente a la realidad síquica de la persona, y eso no se puede negar.

¿El hecho de que esté ligada a una problemática actual, quiere decir que si alguien se hace una regresión a los 20 y después a los 30 años pueden aparecer experiencias de vidas distintas?

– Te vas a distintas historias. Pero lo fundamental es que acá se trabaja con tu subconsciente y ahí afloran dificultades, conflictos, situaciones más traumáticas. En el caso de este tipo de regresiones hay personas que todo lo relacionan con situaciones traumáticas y eso no es para nada así, pues a veces te encuentras con situaciones que son absolutamente benéficas, incluso hay casos en que los pacientes se han vinculado directamente con estados expandidos de conciencia absolutamente simbólicos, ancestrales. Tú trabajas con el siquismo y con experiencias muy enriquecedoras.

3 MEROJAS

«En ese sentido es importante decir que las personas no sólo bloquean cosas negativas, sino curiosamente también bloqueamos cosas positivas».

Pero para comprender en profundidad lo que le ocurre a la persona que conecta con una vida pasada me imagino que no bastará una sola experiencia para completar el mapa.

– Sí, varias, pero lo fundamental de las experiencias de pacientes con vidas anteriores ha tenido que ver con sanaciones. Me acuerdo de una paciente que llegó a la consulta con el problema de no haber podido dormir en los últimos 15 años, con insumo de pastillas, un método y otro, y con ella hice cuatro regresiones, no más. Y en ese sentido, terapéuticamente, son terapias más rápidas.

¿Y hay una cantidad óptima de regresiones para cada terapia?

– Primero hay sesiones previas de diagnóstico, que es fundamental, porque no se puede aplicar una regresión a cualquier persona. Por eso tampoco son recomendables las autohipnosis ni las hipnosis grupales. Eso es muy importante distinguirlo. Volviendo a tu pregunta, se hace un diagnóstico y luego se hace una regresión que después se analiza, son dos o tres meses de terapia, es un periodo en que la persona logra hacer la integración y puede armar su rompecabezas. La paciente que no había podido poder dormir bien en 15 años, recuerdo que tuvo una regresión que fue muy significativa, donde se vio en una vida anterior donde había muerto en una situación que la deja muy shockeada y curiosamente esa información ya le había aparecido reiteradamente en sueños. Haya sido vida anterior o no, lo importante es que la persona se sanó. En ese sentido, es importante decir que las personas no sólo bloquean cosas negativas, sino curiosamente también bloqueamos cosas positivas, y lo otro que es importante tener presente, que trabajo terapéuticamente la vida pasada como la vida presente y en esa instancia se hace una resignificación de ese momento clave, por ejemplo, de un hijo que no pudo despedir a la madre que murió. Personalmente es la terapia que mayores satisfacciones me ha dado con los pacientes, y dándole a entender claramente al paciente que es él quien se sana, y yo soy un vehículo y nada más.

¿Cómo  integraste la información en el sentido que habían otras vidas anteriores?

– Claro, todo también tiene que ver con las creencias y filosofías de cada cual, y claro la mayor parte de los pacientes que han venido a tener estas experiencias es porque creen que hay vida más allá de esta vida, que tenemos varias vidas, y que el sentido de la vida es evolutivo, por lo tanto, uno se olvida por este velo que traemos cuando nacemos, pero que todos tenemos que ver con un sentido o propósito evolutivo. Ahora, de que siempre hay un misterio, lo hay. Lo bueno es que actualmente hay muchos profesionales, médicos, afortunadamente, que están trabajando con esta terapia regresiva, porque en muchos casos ellos mismos han tenido experiencias cercanas a la muerte, y se han ido percatando que la cosa no es tan categórica ni tan vinculada a lo material.

ntiendo que te has reunido con otros especialistas que han trabajo las regresiones a vidas pasadas…

– Sí, hace años atrás nos reuníamos un grupo donde conversábamos las experiencias con pacientes, veíamos los puntos en común, y es algo universal cómo coincide, por ejemplo, la experiencia cercana a la muerte, sea de China, de Alaska, de América, convergen experiencias muy similares. Lo mismo ocurre cuando se trata de experiencias en el nacimiento o también convergen experiencias en vidas pasadas. Hay algo universal a nuestra esencia humana; cuando se hacen estos trabajos en regresión la persona se ve en una vida pasada, pero hay algo más interesante que se añade a esto y que ocurre en muchos casos, es el espacio “entre vidas” que la persona muere en su vida pasada, sale de su cuerpo, logra visualizarse, hace una recapitulación de la vida pasada, se va a otras dimensiones, se encuentra con otros seres de luz, algunos familiares, son muchas experiencias similares.

Ya que has mencionado el encuentro con otros seres de luz, ¿has podido verificar la existencia de maestros?

– Sí, sí, también. Lo más interesante son las regresiones limpias que le digo yo, donde las personas nunca se han leído un libro o no tienen idea de estas posibilidades y tienen estas experiencias espectaculares. Entonces uno dice ¿esto está en el inconsciente colectivo, en el personal, o son las experiencias que hemos tenido vida tras vida?

¿El tipo de paciente en el que se puede aplicar este tipo de terapias regresivas es particular o puede ser en cualquiera y a cualquier edad?

– No a todas las personas se les puede aplicar este tipo de terapia, porque es importante que la persona no tenga ningún trastorno de personalidad significativo. Por sí mismas son experiencias muy integradoras, pero ¿qué pasa si llega una persona llena de fármacos o con una depresión? Sería contraproducente, pues el mismo estado en el que se encuentra lo puede llevar a un viaje nada de benéfico. Tampoco se recomienda cuando su vida síquica es muy baja, también se tiene que respetar si la persona no está preparada. Uno jamás puede decirle a un paciente con usted voy a hacer un regresión, sino que se le pide permiso, se le sugiere. Y un adolescente tampoco, porque aún se está formando, idealmente es desde los 18 años, pero también hay que considerar la madurez de la persona.

¿Qué importancia tiene el hecho de que este tipo de terapia se esté aplicando actualmente?

– Primero, es fundamental que las personas se informen, hay buenos libros al respecto. También que accedan a un profesional en la materia, un sicólogo formado en la mente se maneja bien para abordar algo así, y lo digo porque me han llegado pacientes con experiencias en regresiones, pero con personas que aprendieron la técnica sin considerar que es algo delicado, porque si la persona paciente tiene un grado de complicación se puede quedar pegada o enfrentarse a situaciones de mayor cuidado, incluso se le puede generar un brote sicótico. Hay personas que sólo necesitan contención y una terapia conductual, por eso es importante manejar los distintos enfoques, algunos lo llaman ser ecléctico, pero bienvenido el eclecticismo, porque no hay ningún enfoque que sea la panacea a todos los problemas. Hay un grupo de personas que funciona muy bien con este tipo de técnicas, son muy sanadoras, pero hay otras líneas como el sicoanálisis, lo conductual que pueden ser más beneficiosos para otros.

 

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