“La fuerza del vampiro reside en que nadie cree en él». Gracias, doctor Van Helsing, pensó Neville dejando a un lado su ejemplar de Drácula.
Richard Matheson
Si alguna vez has experimentado una gran dificultad para establecer límites sanos en una relación; si te has sentido manipulado por otra persona y finalmente has terminado agotado, es posible que hayas tenido un encuentro con un vampiro energético. Sí, escuchaste bien, pero lo más importante es que te has encontrado cara a cara con un aspecto débil de ti mismo que te conduce a experimentar encuentros venenosos con los demás.
Un vampiro energético es una persona que necesita nutrirse de otras personas para poder subsistir sin considerar que están causando efectos tóxicos en ellas. ¿Aun te suena descabellado? Los vampiros energéticos buscan a sus víctimas en personalidades débiles, carentes, inseguras, dominables, inestables, indecisas. Y, una vez que enterraron sus colmillos, se aseguran atención y dedicación, calmando por un rato su insaciable demanda. Pero también la relación con un vampiro energético puede sostenerse durante mucho tiempo.
El veneno del vampiro energético tiene diferentes sabores. Cada sabor proviene del perfil de personalidad que el vampiro ha desarrollado. Existen diversas clases de vampiros y créeme, todos llegan al mismo objetivo. ¿Te parece familiar el vampiro seductor? Es aquel que te asombra con sus encantos y promesas para luego transformarse en una silueta que se retira a lo lejos. ¿Te has vinculado con el vampiro víctima? Es el que hace emerger de ti toda tu capacidad contenedora, ése que te conecta con la culpa. ¿Recuerdas a algún vampiro agresivo? Si tuviste un encuentro con uno, es muy seguro que lo recuerdes ¿Y el vampiro narciso? ¿Cuánto tiempo estuvieron juntos? ¿No alcanzaste a arrancar a tiempo?
¿Ajos, agua bendita, crucifijos o la estaca en el corazón?
Un vampiro energético es como un animal que olfatea a su víctima antes de acercarse. Si sientes que alguien está manipulándote es porque ya detectó una debilidad en ti. Ellos saben generalmente con quién involucrarse y con quién no, no suelen perder el tiempo.
Es importante distinguir que la mayor cantidad de personas que se vinculan con vampiros energéticos tienen un concepto pobre de sí mismas y desde ahí permiten que otros las manipulen. Creencias tóxicas dan vuelta por sus cabezas: “no me siento lo suficientemente merecedor de…”, “no le gustaré a nadie”, “los demás tienen más capacidades que yo”. Estas frases actúan como un derroche de energía que desgasta nuestra aura volviéndola permeable a la invasión del que busca vampirizar.
¿Cómo nos protegemos entonces? La mejor protección que podemos tener frente a este fenómeno surge de nuestro desarrollo personal. Al trabajar sobre aquellas partes de nuestra personalidad que debido a abusos, faltas, abandonos y todas las experiencias que han marcado la vida o nos han desequilibrado. Entonces, al mantenernos anclados a nuestro Ser, podremos establecer vínculos sanos y fructíferos con los demás.
Para finalizar, debo aclarar un punto importante. No todos los vampiros energéticos ni todas sus víctimas se dan cuenta de lo que están haciendo. Es por eso que una vez más valoro la toma de conciencia como brújula de la experiencia humana.
Texto e Imagen principal, creada por Álvaro Santi