Por Marcela Contreras
Muchos pensamos y hasta soñamos, qué maravillosa sería la vida si no surgiera ningún problema. ¿Cuántas veces hemos escuchado a nuestros amigos y familiares decir: mis problemas son demasiados, ya no puedo hacer frente a los problemas, mis problemas me superan, ya no lo soporto?
Acá te planteo una vuelta de tuerca: ¿sabes qué? Los problemas son señales de vida, pero por lo general, se piensa que los problemas son malos y que un estado ideal sería, el de una total ausencia de ellos. En consecuencia, si nos paramos frente a la vida mirándolo así, acabamos ocupando nuestra energía a deplorar nuestra suerte. El lamento del pesimista suele ser: “Todo estaría bien en mi vida si pudiese liberarme de mis problemas”, el optimista por el contrario, los considera oportunidades.
Si alguna vez tuviste un grave problema y te abriste paso, a través de tus temores para abordarlo, comprenderás lo que quiero decir.
Son cuatro los aspectos que más “preocupan” a las personas y que pueden considerarse con ausencia o no de problemas: el económico, aspecto físico, la salud y los fracasos en múltiples intentos.
Respecto del aspecto económico te sugiero elaborar un presupuesto y hacer un plan. Muchas veces la desorganización nos trae una angustia que podría ser fácilmente evitada, así es que es hora de tomar las riendas en el asunto. Lleva un cuaderno y escribe tus gastos, tus metas y todo aquello que consideres prioritario para tu vida material. Parelalemente pon energía en descubrir cuál es tu relación con el dinero. Esto es importante si consideramos que muchas veces desde niños, quedamos con creencias mentales que nos terminan perjudicando de adultos, por ejemplo, si escuchabas a tus padres decir: “El dinero es sucio” o “por culpa del dinero se separa la familia”, o «alguien espiritual no puede preocuparse del dinero» esta idea quedó incrustado en tu inconsciente, lo que hace que te mantengas muy alejada de éste, por ese pacto inconsciente que haces con tus padres.
Por otro lado, una actitud liviana es no enfocarse en el dinero propiamente tal, si no en disfrutar lo que haces y de esta forma, el dinero llegará a ti, sin ningún esfuerzo.
En relación a los problemas vinculados con nuestro aspecto físico, en primer lugar debemos recordar que somos seres espirituales, que tenemos nuestro cuerpo como medio físico para vivir en el plano terrenal. Si aún así hay cosas que no te gustan de ti, como tu peso corporal, eso es algo que se puede modificar con nuevos hábitos como una buena nutrición, hacer deporte, etc.Sin embaergo, soy consciente de que hay ciertas cosas que no se pueden modificar, como tu estatura, en este caso, trabaja la aceptación, ¿cómo? ponendo tu atención en tus virtudes. Te cuento que hace mucho tiempo yo tenía un complejo físico, y un día alguien me dijo: «todos tenemos complejos, pero estos desaparecen con las virtudes y tú tienes tantas, que es imposible fijarse en algo negativo que puedas tener» Esa maravillosa frase me llevó, por primera vez, a darme cuenta que yo vivía con muy baja autoestima y fue ahí, al darme cuenta de mi error de enfoque, el comienzo del camino hacia mi amor propio.
El tema de la salud es un gran tema para mí, ya que mi actividad actual es apoyar a las personas con dificultades en esta área de la vida, y lo más triste que veo es que la mayoría de las personas enfermas, están así más por una actitud de vida que por enfermedades hereditarias.
Hay muchas formas de tener una vida sana, primero con una buena nutrición, también con hábitos positivos, deberíamos partir el día, por ejemplo: agradeciendo, meditando, ¡moviéndonos! si no es a través del deporte también puedes bailar tu música favorita, riendo, que mejor que sonreir y reir, todo tu ser se activa, y por último, tener pensamientos positivos.
Hay formas de canalizar las emociones y no permitir que las emociones negativas queden atrapadas en nuestro cuerpo. Aún así, si por circunstancias de la vida, puedes perder algún miembro del cuerpo o tener un accidente, esto no es impedimento para ser feliz, muchas personas en esta situación nos han demostrado que igualmente la vida sigue y todo es ACTITUD.
En relación a los fracasos múltiples, para mí no existe el “fracaso”, pero sí el “aprendizaje”. Por lo tanto, si algo no te resultó, centra la mirada en cuál es la oportunidad de crecimiento y enseñanza que esa situación te proporciona. Creo que lo peor que nos puede pasar es arrepentirnos por no hacer algo, que hacerlo y no tener los resultados esperados. El ejemplo más universal, es el de Thomas Edison. Aunque se le considera un inventor, Edison no siempre disfrutó del aplauso y el respeto de sus pares. En una entrevista le preguntaron: “Sr. Edison, ¿cómo me explica el hecho de haber fracasado miles de veces, en su intento de crear una lámpara de incandescencia? A lo cual él respondió: “Perdón, yo no he fracasado ni una sola vez, he realizado miles de experimentos que no han dado resultado. Tenía que llevar a cabo suficientes experimentos, para encontrar la forma de que funcionara”.
Todos hemos realizado miles de experimentos para vivir: como cuando aprendíamos a caminar, seguíamos intentándolo una y otra vez. Y no es, como muchas veces escuchamos en la sociedad sin rostros, que seamos perdedores dos, tres ¡o cuarenta veces! La mayoría de las veces se trata simplemente de que no hemos realizado todavía los suficientes experimentos para tener éxito en lo que nos hemos propuesto. De tal manera, que si un solo experimento no produce un resultado positivo, te invito a no renunciar en seguir intentando. Decir que no podemos triunfar, porque hemos fracasado una, dos o más veces en el pasado, no es sino la expresión del miedo. Ha llegado el momento de rechazar todo tipo de desánimo o abatimiento, ya sea producido por nosotros mismos o por los otros. Lo que debes hacer es darte ánimo tú mismo.
En conclusión, la idea que te propongo es dar otro enfoque a tu vida.
¡Te invito a descubrir todas tus oportunidades!