Por Marcela Contreras
Terapeuta holística www.terapiasananda.cl
Puede que seas un experto de la seguridad, pero en el fondo una persona que evita lo desconocido. La sociedad nos entrena para ser cautelosos, estimulando la prudencia y la precaución a expensas de la curiosidad natural, dando fuerza a la seguridad a expensas de la aventura. “Permanece en las áreas que conoces, no te aventures jamás en lo desconocido”, es un mensaje que suele convertirse en barreras psicológicas que entorpecen de mil maneras tu realización personal y, a la larga, tu felicidad en los momentos presentes. ¿Cómo puedes prepararte para lo desconocido?… Obviamente no puedes hacerlo, por eso es mejor evitarlo, así no corres riesgos. Durante toda nuestra vida escuchamos los mensajes culturales de la seguridad. Si todavía sigues aferrado a estos, ha llegado el momento de liberarte de ellos.
Si crees totalmente en ti mismo, no habrá nada que esté fuera de tus posibilidades. El abrirte a nuevas experiencias, implica abandonar totalmente la noción de que es mejor tolerar lo que nos es familiar, que trabajar para cambiarlo, porque el cambio estaría cargado de inseguridad. Pero te aviso, puedes hacer cualquier cosa que quieras hacer, porque lo deseas y por ningún otro motivo.
Esta manera de pensar te abrirá nuevas perspectivas de experiencia y te ayudará a eliminar el miedo a lo desconocido, y que puede ser la actitud que hoy decides adoptar como estilo de vida.
La gente rígida nunca crece, pues tienen la tendencia de volver a hacer las cosas de la misma manera que las han hecho siempre. De esa forma toman la seguridad, que es saber lo que va a pasar, como bastión y cierran la puerta a otros caminos de vida: nada de riesgos, nada de desafíos, en otras palabras, nada de crecimiento. La certeza elimina la emoción.
Pero hay un tipo de seguridad que sí vale la pena alimentar y buscar: la seguridad interior, que te brinda confianza en ti mismo y en tu capacidad de solucionar cualquier problema que se te presente. Ésta es la única seguridad verdadera y duradera. Por lo tanto, no caigas en la trampa del tipo de seguridad externa vinculada con las posesiones materiales, ya que te despoja de tu capacidad para vivir, crecer y realizarte. Ejemplos hay de sobra, de personas que no cambian de trabajo por miedo; personas que llegan al extremo de no querer salir de vacaciones por temor a que le pase «algo» a la casa, mantener una relación dañina por perder la seguridad del matrimonio, etc.
El miedo al fracaso es un miedo poderoso en nuestra sociedad, un miedo que nos fue inculcado en la niñez y que llevamos por el resto de la vida. El fracaso no existe, ya que es simplemente la opinión que alguien tiene sobre cómo se deberían hacer las cosas. Cuando te convenzas de que no hay actos que “deban” hacerse de una manera específica, según el criterio de otras personas, entonces el fracaso será imposible. El no triunfar en algo que trataste de hacer, no implica tu fracaso como persona.
Curiosamente, existe también el hecho de paralizarse con la idea de “hacerlo lo mejor posible”. Pero obviamente, hay actividades en que hacerlo lo mejor posible e incluso bien, significa poner un verdadero obstáculo a la mera posibilidad de hacer. No dejes que el “perfeccionismo” te haga evitar realizar actividades que te puedan resultar placenteras. Debes cambiar “haz lo mejor que puedas” por “¡hazlo!”. Los niños aprenden fácilmente el mensaje de confundir su propio valor con sus fracasos, y por ello empiezan a evitar las actividades en las que no logran sobresalir; Sin saber que el “fracaso” puede ser productivo, ya que sirve de incentivo para el trabajo y la exploración y nos puede llevar a nuevos descubrimientos. Sin “fracasos” no podemos aprender nada y, sin embargo, consideramos el éxito como un tesoro y como la única meta posible. Tener miedo al fracaso significa temer a lo desconocido y también a la desaprobación de no hacerlo lo mejor posible.
Te invito a salir de tu “zona segura”, te invito a probar cosas nuevas. Corre algún riesgo que pueda implicar una tormenta emocional, pero que también puede significar una experiencia intensamente gratificante para ti. Deja de sentirte obligado a tener un motivo o razón para todo lo que haces, recuerda que el miedo al fracaso, es a menudo el miedo al ridículo o a la desaprobación de los demás. No dejes que tus convicciones te paralicen.
El ayer se esfumó y el mañana aún no es… Sólo existe el ahora.