Por Marcela Contreras
terapeuta holística / mcterapeuta@gmail.com
Muchas personas se preguntan a qué se deben tantos “desastres” naturales como huracanes y terremotos que se han producido en los últimos meses en distintos lugares del mundo. Algunos lo atribuyen al cambio climático, otros incluso han dicho que es «un castigo de Dios», como si ignoraran que la energía divina es solo emanación de amor y no alguien que espera ver los errores del ser humano, para decidir cómo darle un escarmiento en el momento menos esperado.
En esta ocasión, quise darle una mirada maga a lo que ocurre, y contarles la información que me llegó en un taller que impartimos con un colega vidente, que atendió a una pequeña muy especial, quien asegura hablar con Dios, con la Madre Tierra y con el Padre Clima.
Él le dijo a la pequeña que tuviera confianza y le contara todo lo que piensa y siente ante lo cual ella le replicó «¿puedo contarte cualquier cosa?», él respondió que sí asi es que la pequeña le transmitió lo siguiente:
«La Madre Tierra y el Padre Clima me contaron que debían “crear” estos llamados desastres naturales, porque el ser humano está tan enfocado en sí mismo que comienza a “crear” guerras y destruir la tierra, además hay tal desunión, que casi se olvida que lo más importante es el amor. Por si no lo han notado, cada vez que el ser humano se ve enfrentado a estos fenómenos naturales pierde el foco de los sucesos negativos que crea él mismo y se enfoca en ayudar a su prójimo, comienza nuevamente a despertar la piedad en su corazón, las personas se reúnen para orar y el pensamiento se comienza a elevar, para ir en ayuda de los damnificados y hermanos que sufren».
Esta revelación dada por una niña me hizo meditar mucho, y volví a comprender que, a veces, lo que vemos malo, es en realidad una oportunidad para hacernos más conscientes y así volver a nuestra esencia como seres espirituales.
Por lo general, en mi vida cotidiana yo saludo a las personas que están a mi alrededor, al subir a un ascensor, o entrar a algún lugar, conozca o no a las personas, yo las saludo, pero muchas veces he recibido como respuesta un silencio estridente, sin embargo aún recuerdo que aquel 27 de febrero de 2010, cuando hubo un gran terremoto en la zona central de Chile, muchas de las personas que ni siquiera me miraban a la cara, ese día sí me saludaron y con muchas otras tuve temas de conversación e incluso con más de alguna se formó una linda amistad.
Creo importante entonces reafirmar la idea de no perder el tiempo en grandes lamentaciones por estos movimientos de la naturaleza y mejor miremos dentro de nosotros el gran potencial de amor que tenemos y empecemos a compartirlo con nuestro prójimo cada día y no como un hecho excepcional. Sólo hay una forma de vivir la vida puedes elegir hacerlo desde el amor o desde el miedo…Yo elijo el AMOR.