Por Valeria Solís T.
Directora Mirada Maga Ediciones
En 2017 vinieron por primera vez a Chile el maestro de Tao Lin Liang Meng acompañado de su discípulo Juan Álvarez Wang, quien a su vez es maestro de Tai Chi Chuan y es la única persona en el mundo que ha sido seis veces seguidas campeón mundial de esta disciplina, donde interactúan el movimiento suave, con la respiración y la concentración.
A mediados de abril de 2020 regresan a Chile como parte de un recorrido por Sudamérica donde el maestro Álvarez Wang acompañará al Maestro Lim Liang Meng en su peregrinaje entregando la Ceremonia del Tao y los tres tesoros. La actividad organizada por el Centro Dhuir (coordenadas al final de la nota) encabezado por los terapeutas Natalia Gómez y Alejandro Rojas se realizará los días 15 y 16 de abril.
Tuvimos la oportunidad de conversar con el maestro Álvarez Wang para comprender y profundizar en el camino del Tao y de la práctica del Tai Chi.
Tu segundo apellido es Wang, ¿tienes un ancestro oriental?
-Sí, mi tatarabuela venía de China e ingresó pasado el 1900 a Argentina y se conoció con mi tatarabuelo español de apellido Ramírez. Ellos no sabían el idioma de uno y de otro, pero al verse pudieron sentirse… y se enamoraron. No hay explicación, sólo fue sentir. Si tú no sientes, no hay nadie que pueda decirte que eres la persona más buena y bella del mundo, si tú no lo crees. El verdadero maestro y el verdadero médico están adentro mío, ¿cómo lo saco? A través de un entrenamiento especial.
¿Cómo te vinculas con este conocimiento profundo del Tao y de la espiritualidad?
-Desde muy pequeño tuve mucha intuición, mucha sensibilidad sobre el medio ambiente, sobre las personas. Ahora tengo 56 años, yo vivía en Mar del Plata (Argentina) con mis padres y todo lo que yo decía, lo que preguntaba ellos no sabían cómo responderme.
¿Te refieres a preguntas existenciales?
-Sí, muy existenciales…para un niño tan pequeño hacer esas preguntas era muy raro y en esa época más extraño aún. En séptimo grado de la primaria le digo a mi madre que yo quería estudiar medicina, porque quería curar a la gente y quería ayudarlos desde otro lugar. Tenía 12 años cuando decidí eso. Yo sentía que la gente estaba muy ávida de saber cosas y que se ponía muy nerviosa, perdía la tranquilidad y así perdía la salud. Entonces yo me digo: si tal vez encontraba algo para darle tranquilidad a las personas, quizá no perderían su salud.
…
-En ese minuto no sabía cómo encaminar mi idea, pensé en la medicina. Entonces, ingresé a la secundaria para que me llevara a estudiar medicina.
¿No pensaste en sicología o psiquiatría?
-Para mi humilde saber, la síquis es un pedacito muy pequeño nuestro y lo que yo intuía en ese momento es que la gente ignoraba. Y la ignorancia no la saca un psicólogo ni una siquiatría. La ignorancia la saca la sabiduría, y la sabiduría no está dentro de ninguna profesión de Harvard o de Oxford.
Pero eso lo supiste después…
-Nooo, yo a los 12 años decía esto. Hoy lo puedo explicar con más herramientas, más profundo. En ese momento yo decía cómo un médico me iba a sacar un problema o preguntas sobre el universo, cuál era mi misión. Si yo te explico todos los beneficios y los factores de comer una manzana tú te vas a llenar de conocimientos increíbles, pero no sabes lo que es una manzana porque no la has comido. Tienes que experimentarlo.
¿Y qué pasó entonces?
-A los 13 años de edad encuentro a mi maestro que me preparó e hizo a este hombre que soy hoy.
…
-Dios te da el espíritu, tus padres te dan el cuerpo, pero es el maestro que te dice lo que debes hacer con lo que te da Dios y tus padres. Ahí empiezas a entrenar.
Eras un niño, ¿en qué te guió ese maestro?
-Tai Chi Chuan, medicina y filosofía. El vino de Shangai.
¿Cómo conoces a tu maestro?
-Yo veo que mi maestro hacía unos movimientos muy suaves debajo de unos árboles, era en la ciudad de Mar del Plata, lo miro y él me hace con la cabeza como invitándome, y yo fui y me puse detrás de él, y hasta el día de hoy no he dejado de hacerlo.
Tu camino se inició en el Tai Chi…
-Claro, sí.
¿Y después estudiaste medicina?
-El maestro me enseñó medicina tradicional China, lo que es digitopuntura, que se denomina Tuina, Chikung, parecido al reiki, que son posturas quietas o movimientos muy lentos combinados con la respiración. En cambio, el Tai Chi es una secuencia de movimientos muy suaves entrelazadas para poder meterte dentro de ti en este presente. Por eso el movimiento es muy lento, y con la respiración te vas dando cuenta quién sos vos verdaderamente. Todos los movimientos repetidos, en el tiempo se automatizan, pero con el Tai Chi no, porque es un movimiento circular que te hace estar concentrado en el ahora. El problema de la humanidad es que viven en el ayer o en el mañana. La mayoría de la gente vive en automático.
Han pasado 40 años en que tú has desarrollado el Tai Chi, ¿cómo asimilas la información filosófica que tú experimentaste con el movimiento?
-43 años han pasado. No hay ninguna biblioteca más completa que tu interior, sólo que tú no te acuerdas, ¿por qué?, porque te falta un grado de oxígeno en las células nerviosas del cerebro, en las neuronas, y cuando ingresa el oxígeno, expande tu cerebro y te da entendimiento, se agranda tu intuición. Si no haces caso a tu cuerpo, no le haces caso a tu corazón y vives en automático y te empiezas a enfermar. Necesitas respirar en consciente y hacer movimientos en círculos y no en cuadraditos, ahí tu conciencia se amplifica. Tu conciencia es igual a tu espíritu, y el espíritu es igual a Dios, y no estoy hablando de religión, estoy hablando de la energía creadora de los multiuniversos.
¿A qué te refieres?
-Para poder entender eso tienes que comer la manzana, tienes que entrenar, porque de lo contrario solo es teoría. Una experiencia tiene más fuerza que cien teorías.
Unes dos cosas en esto, el movimiento circular de tu cuerpo, pero también lo vinculas con la respiración y ocupas la palabra intuición. ¿Cómo se explica que haya un movimiento físico que unido a la respiración se genera la puerta para despertar la conciencia? Pienso en que hay otras prácticas como la meditación zen que es quieta, y también se despierta la conciencia.
-La intuición es la parte natural del reino animal. Todos tenemos un grado de intuición, pero los animales lo tienen presente siempre. En cambio el ser humano al utilizar la razón y las emociones, deja de lado la intuición. Nosotros utilizamos la razón que tiene ese límite, y también un poco el cuerpo, porque el caballo corre más que yo, las aves vuelan y yo no puedo volar, estoy en déficit físico. Si tengo un grado de razonamiento que alcanza solo un 8 o 10 por ciento, ¿dónde está el resto? Que me lo diga la ciencia. Yo sé dónde está, se llama sabiduría y eso no se vende en la farmacia ni se consigue en la universidad, está dentro de ti, y con la respiración se lograr llegar a ese lugar. Si o si tenemos que llegar a ese lugar para poder interpretar quién soy yo verdaderamente.
¿Y poder conectar con el Todo?
-Exacto, cuando estoy en contacto con el Cosmos me doy cuenta que no hay diferencia entre el Universo y yo. ¿Qué diferencia hay entre Buda, Lao Tsé, Pitágoras, Jesús, Gandhi? La diferencia conmigo es que ellos saben. Cuando alguien se levanta temprano en la casa, tiene la responsabilidad de despertar al resto de la casa, cuando un humano se despierta antes como Buda, como Confucio, Lao Tsé, lo entrega al resto para que despierte.
¿Se necesita una maestría entonces?
-Lo que nos da la maestría es el trabajo respiratorio y el trabajo consciente y constante en la vida. Eso se aprende de alguien que haya entrenado mucho y que puede decirte cómo lo puedes desarrollar tú, porque diferentes personas necesitan diferentes caminos.
¿Cómo llegas al aprendizaje del Tao?
-El 22 de abril 1996 el maestro Lim llega a mi casa y comenzamos nuestra relación de aprendizaje sobre todos los preceptos de las enseñanzas de la naturaleza, no es una religión.
¿Qué significó para ti la formación con el maestro Lim?
-Yo continué mis estudios en Mar del Plata y mi maestro Lim se devuelve a Shangai porque fallece su padre y tenía que hacerse cargo de los temas familiares. Yo tenía 20 años de edad…, fue muy doloroso para mi perder a mi maestro en ese momento. Entonces él se compromete a que yo pueda devolver lo que recibo difundiéndolo y enseñándolo a la gente. Llevo 23 años en esto y he dado la vuelta al mundo 8 veces. He vivido en muchas partes del mundo también como en China, Japón, Sudáfrica, Alaska, tratando de interpretar las diferentes culturas, y para poder estar en estado de meditación y contemplación.
Pero cuando cumplí 21 años entré a la carrera de educación física y es lo que yo vine a la Patagonia (donde vive actualmente) a realizar profesionalmente como profesor y además difundir el arte que mi maestro.
Cuando conozco a mi maestro (de Tai Chi), yo tenía 33 años; ahí volvió la primavera, porque floreció toda mi experiencia dentro de las artes marciales, de la salud por eso todo está muy unido en mi persona y se contempla con la práctica de los 3 tesoros del Tao que me había transmitió el maestro Lin. A través de esta práctica se abre la conciencia, la puerta hacia la sabiduría, y lo hacemos hasta el último día de nuestras vidas.
A lo largo de toda mi vida he entrenado, porque como te decía desde muy pequeño empecé este camino de entrenamiento, que es un arte interno Tai chi chuan, esto quiere decir que entras en un estado de meditación o de contemplación desde la respiración y del movimiento consciente, dentro de una secuencia de movimientos que tienen que ver con la naturaleza de las cosas.
¿Los viajes han sido por Tai Chi o la difusión del camino del Tao?
-Di la vuelta al mundo enseñando Tai Chi, donde tengo la formación para enseñar además de la medicina china. He viajado a China ocho veces para estudiar, compartir y vivir en esa cultura, he llevado a 78 argentinos en total en esos viajes para poder estudiar el camino del TAO y complementarlo con el Tai Chi. Esto y el Tao son caminos diferentes, pero te llevan al mismo lugar, sólo que es diferente la práctica de la compresión de las cosas. Soy campeón del mundo, el único que ha ganado seis mundiales seguidos por eso me llaman para compartir mi experiencia.
¿Cuáles son los factores externos que hacen mal a las personas?
-Si tenemos tranquilidad y paz, tenemos sabiduría para poder llevar los cambios, las crisis, sobrellevar la presión del medio ambiente. Mientras más presión más aprendizaje. Las crisis y problemas son nuestros maestros, no tenemos que huir de ellos, tenemos que solucionarlos, nada más. A través de la respiración, la alimentación adecuada y un entrenamiento interno como es esta actividad que realizaremos en abril, se puede lograr esa paz. La sabiduría es el remedio para todos los males.
¿Cuáles crees que son los factores que están desequilibrando a la humanidad?
-La humanidad se descentra porque está muy en lo racional y en las emociones. En China lo racional está simbolizado por un caballo. El caballo es un animal que corre y corre todo el tiempo, como nuestros pensamientos, y si se asusta puede desbocarse y matar al propio dueño, como nuestros pensamientos. Por eso la tarea con la respiración y el movimiento consciente es lograr calmar y dominar al caballo. Los pensamientos son sólo una herramienta que tenemos. Por otro lado, las emociones como los sentidos también son ¡herramientas! En China están simbolizadas por el mono, un animalito que juega de rama en rama, todo el tiempo está jugando, como las emociones hacen con nosotros. Entonces hay que calmar al mono y al caballo para que la humanidad pueda encontrar paz. Cuando eso ocurre es cuando se abre el entendimiento propio hacia la sabiduría, que todos tenemos muy profundamente. Pero, para ir a ese lugar profundo hay que utilizar herramientas como la respiración, la postura y el movimiento consciente.
Entiendo que con el maestro Lim están recorriendo Sudamérica ¿A qué lugares van?
-El recorrido comienza en Buenos Aires, luego Montevideo, Bolivia, Lima, Santiago de Chile, Buenos Aires de nuevo y todas las provincias de Argentina y luego, el maestro Lin seguirá a Colombia y España y lo acompañarán otros ayudantes.
¿En qué consiste la ceremonia del Tao y a qué se refiere con los tres tesoros?
-En la Ceremonia del Tao el maestro Lim viene a impartir enseñanza de bondad, amor y naturaleza. A través de la enseñanza entendemos el sentido de nuestra vida y con la iniciación reconocemos el lugar que ocupa nuestro espíritu inmortal. El maestro entrega tres tesoros: la apertura del tercer ojo, un mantra de cinco sonidos, un mudra. Se trata de una ceremonia en la que se conecta con principios filosóficos profundos y la práctica de los tres tesoros nos brindan una herramienta para meditar. No es necesario poseer ningún conocimiento previo sobre Tao, temas espirituales, religiosos, filosóficos para participar.
No se contrapone con ninguna religión. En la antigüedad solo emperadores o monjes podían ser iniciados.