Por Boris Gálvez Llantén
Director Instituto Prana Kine, Viña del Mar.
Autor de “La danza del águila: mensajes de un dietero”,
“La madre serpiente de la selva. Experiencias con Ayahuasca”
¿Te has preguntado alguna vez porqué nos conectamos con los animales, plantas y elementales?¿Será coincidencia que comencemos el viaje de la vida en el agua y lo terminemos en la tierra?
La respuesta que te puedo dar es que SOMOS TODO ESO.
Nuestro arquitecto ha creado en los humanos sistemas complejos (sistema nervioso, visceral, vascular, etc.) como réplica de la propia naturaleza, por ejemplo, sólo basta contemplar las neuronas y compararlas con la arquitectura de una hoja de una planta o una corteza seca de un árbol y veremos las similitudes.
Nuestro cerebro es el director de orquesta de nuestro cuerpo y está dividido en tres: cerebro reptil, cerebro primitivo y neocortex (Maclean P.).
El cerebro reptil es el más antiguo de todos y es el primer eslabón de nuestra creación superior. Éste gobierna las funciones más básicas de nuestro sistema como: respirar, control de temperatura. También es aquel que usamos cuando somos recién nacidos y nos gobiernan los reflejos.
Consta de las siguientes estructuras: médula, cerebelo, tronco encéfalo, bulbo olfatorio.
A su vez, el cerebro primitivo es aquel que gobierna las emociones. Consta de las siguientes estructuras: amígdala (procesamiento emocional de las señales sensoriales), hipotálamo (cambios vegetativos que acompañan la emoción), hipocampo (encargado de la memoria y recuerdos emocionales), tálamo (puerta de entrada de información sensorial y emocional, siendo aquel que conecta al sistema límbico con la corteza cerebral). Se puede reflejar en movimiento de cuadrupedia.
El neocortex, por su parte, es la más elevada adquisición del ser humano, ya que le da la capacidad de expresarse con el ambiente y con sus pares (lectura, expresión artística, deportes, entre otros). Está formado por dos hemisferios cerebrales, unidos por un cuerpo calloso que además los conecta. Si bien cada hemisferio tiene una realidad distinta, no obstante se necesitan el uno del otro. Así, el hemisferio izquierdo comanda el razonamiento, lenguaje hablado y escrito, habilidad científica y además controla la mitad derecha del cuerpo.
El hemisferio derecho comanda otros aspectos humanos como la intuición, imaginación, el sentido artístico, sentido musical, la percepción tridimensional y controla la mitad izquierda del cuerpo. Su potencia comienza desde la bipedestación y la marcha.
Entonces al comprender nuestra conformación tan bien ideada, cabe preguntarnos, ¿cómo me conecto con mis ancestros? Y, si al volvernos conscientes de toda esta información nos acercamos cada vez más a nuestro arquitecto, cabe preguntarnos, ¿cuán cerca estoy del creador?
Todo está en tu interior.