Por Boris Gálvez Llantén
Kinesiólogo integrativo
Co-Director Instituto Prana Kine www.pranakine.cl
Autor libro «Madre serpiente de la selva. Experiencias con ayahuasca»
La primera vez que entré a una ceremonia con curanderos vegetalista, mi mente estaba inquieta y expectante a lo que experimentaría. Las aprensiones sociales, lo que había leído en libros y los documentales que había visto previo a ese momento, inundaban mi psiquis causando emociones variadas y confusas.
Fue solo cuando recordé por qué estaba sentado ahí, en un círculo, con unas 20 personas, cuando recordé el rezo que me sostenía en ese espacio y la responsabilidad que significaba entregar mi “alma” a curanderos indígenas que no conocía, cuando mi propósito se ajustó a toda sensación expectante y difusa. En ese momento entendí lo importante de nuestra intención y madurez para vivir un proceso ceremonial. No obstante, con los años, me di cuenta de que no estaba del todo preparado para entrar a ceremonias y tomar los brebajes maestros junto con los chamanes.
En un principio mi ego lo creía y racionalizaba, sin embargo me fui dando cuenta de la importancia de la conversación previa con las plantas, del propósito que nos mueve a hacer lo que hacemos y de la tremenda responsabilidad y madurez que necesitamos para embarcarnos en las aguas e la consciencia.
La psiquis se abrirá y expondrá todos sus matices. Nos daremos cuenta de nuestros pensamientos y de la sutileza de entrar en la dimensión mental. Cada detalle y cada vestigio psíquico se dará a conocer estando en las mareaciones de las plantas maestras. Desde ahí vendrán los símbolos, metáforas y arquetipos hacia nuestra consciencia y , en el presente, comenzaremos a integrar nuestra conexión con dichas imágenes y sensaciones.
Todo el material psicológico expuesto deberá ser integrado durante los días meses o incluso años. El proceso de las plantas se abre y no se “cierra” hasta la próxima o varias ceremonias más. Todo esto unido con la fuerza de lo curanderos guías y de todo lo que nos tiene preparada la vida y la existencia.
Finalmente dejo algunas preguntas para todos los navegantes de las plantas enteógenas y ceremonias chamánicas: ¿cuáles son tus rezos que sostienen tu ser en una experiencia chamánica?. Cuál es el objetivo y/o propósito de estar ahí? ¿Eres responsable de lo que estás haciendo?, y finalmente, ¿estás motivad@ a integrar lo que te muestre dicha ceremonia?, ¿estás dispuesto a salir del confort en tu vida cotidiana?
Si unimos todo esto en conciencia, las ceremonias chamánicas y plantas enteógenos serán una gran herramienta para nuestra sanación y consciencia humana.