Valeria Solís T.
Terapeuta energética Adaba, escritora, periodista(UDP)
Directora Mirada Maga
Cómo no valorar lo que ha sido este año, cómo no tomar el peso a que todo lo vivido quedará en nuestras retinas por siempre. ¿Qué aprendimos?, ¿qué vimos?, ¿qué soltamos?, ¿qué lloramos?, ¿qué disolvimos?, ¿qué nos dimos a nosotr@s?, ¿qué dimos a los demás? Visualicemos el año nuevo 2020… esperando a que el nuevo ciclo sea mejor que el anterior, o que se repita todo lo bueno, o haciendo ritos para lograr metas, o sentir el eslogan «un año más, que más da». Todo parece un largometraje que hemos visto cada vez que nos sentimos aburrid@s, pero al mismo tiempo, nada nos sorprende.
Comienza el año y de pronto, todo cambia, como si la Luna hubiera tapado al Sol y la nueva luz nos develara una realidad que no sabíamos que existía, que no teníamos prevista…
De pronto, nos damos cuenta que no podemos contar con nuestras rutinas que hacíamos automáticamente, que las rutas cambian, que las relaciones cambian, las expectativas cambian, la comunicación cambia. Te das cuenta de qué es lo que realmente necesitas y cuánto tiempo has perdido. De pronto, el mundo se detiene y te deja, asustad@ o no, frente a frente a tu vida, sin la bulla exterior. De pronto te das cuenta que vivías en una burbuja y que todo lo que dabas por hecho ya no es, ¡Plaf!
A nivel personal y colectivo, se destaparon las ollas. Se ve lo que hay, el silencio permite ver lo que hay, el aislamiento permite ver lo que hay. Se siente un vértigo, como si estuviéramos arriba de una montaña rusa a punto de caer sin poder controlar la realidad, no queda más que lanzarse, aceptar y ver.
Como periodista he sido testigo del caos social, de las desigualdades, de las frustraciones, de los desequilibrios, pero como en toda crisis también he visto las iniciativas, la palabra comunitario, comunidad se empieza a experimentar, unos ayudan a otros, se apoyan, se ven como nunca antes.
Como terapeuta he sido testigo de maravillosas transformaciones, de los cambios de miradas y prioridades, del despertar, de la toma de conciencia de la experiencia de estar viv@s.
Ha sido intenso, cansador, pero personalmente siempre he preferido la verdad, porque da fuerza y esperanza consciente, no la ilusión ni fantasía hollywoodense, porque construir la realidad fuera de la burbuja es un regalo ¡tremendamente importante!
Espero mis valorad@s lector@s, que este 2021 la mayoría pueda lucir sus nuevas ropas livianamente, libres y sintiéndose complet@s. Nos merecemos lo mejor.
Gracias por estar ahí.