Por Valeria Solís T.
Escritora, periodista,
Directora de revista y micro editorial Mirada Maga
@SolisTapia
La novela «Mala Madre» es la segunda obra de María Paz Rodríguez, en ella encontramos la historia de una mujer de más de 60 años, artista visual que vive en Nueva York con su gato Carlos, tiene una discípula alemana, que tras vaivenes rebeldes para encontrar su existencia descubre que en esta artista chilena radicada en Estados Unidos puede encontrar no sólo respuestas y sentidos artísticos sino también su camino existencial.
En un primer momento, creemos ser invitados a la relación artística, entre una maestra y su discípula, en cuanto a sus motivaciones, conflictos y preguntas creativas, pero la autora nos lleva a un segundo viaje, donde nos muestra los por qué. ¿por qué esta artista visual con renombre y prestigio en el primer mundo no mantiene su nombre original, por qué no tiene, aparentemente familia, por qué no tiene pareja estable, por qué es una solitaria? Así construimos entonces, como ingenuo lector, la historia de una mujer que tras vivir un entorno disfuncional con su madre y dos tías, una adolescencia en internado, una matrimonio, tres hijos con los cuales vive en el sur de Chile llena de preguntas existenciales, pero con un incuestionable amor de madre, y que de pronto, decide dejarlo todo y avanzar sin pasado en un país lejano, siendo una artista. Finalmente, la autora nos lleva a otro viaje, al presente con más posibilidades afectivas. En pocas palabras, estamos frente a una novela, escrita con cierta pretención, cambian los narradores sin pausa, sin explicación, cambian los tiempos sin justificación, y si bien, nos encontramos con una historia digna de ser contada literariamente, perturba la forma y propuesta. Hay buen lenguaje, pero también hay carencia «de calle» y de conversación, hay prejuicio y estereotipos, personajes como la misma protagonista, que se desdibujan cada cierto tiempo. «Mala madre», María Paz Rodriguez, editorial Alfaguara.254 páginas.
12 historias, ninguna tiene que ver con la otra, pero todas tienen que ver entre sí, porque lo que nos presenta el escritor Jorge Baradit en este libro es memoria; una memoria que uno abraza con ganas y expectación; un memoria necesaria, aunque subjetiva, una memoria que hace justicia a las fechas lugares y nombres que a muchos nos obligaron a aprender sin el sentido del por qué. Baradit, nos ayuda a entender el por qué, nos invita a reflexionar, nos conversa, se acerca como si nos estuviera contando algo al oído, dado claramente por su buena pluma, una escritura con inspiración y experiencia, pero también con humildad. Pareciera ser a ratos el amigo que te cuenta: «¿supiste que esto fue así?», «¿te puedes imaginar esto?, porque yo sí me lo imagino» Y así vemos espadas, banderas, símbolos, espíritus, barcos, mesas para médium y sanadores, La Moneda, La iglesia, el cristo, el corazón vivo. Es un libro que vale la pena conocer, vivirlo, porque además de lo dinámico, didáctico que pueda resultar, tiene un sentido mayor, quizá exclamar: ¡chuta, de esto vinimos! Historia secreta de Chile. Jorge Baradit. Editorial Sudamericana.169 páginas.
A veces el aprendizaje para crecer y hacerse cargo de uno mismo se desdibuja entre tanto consejo, mirada y punto de vista de otros. sin embargo, se agradece cuando los consejos se indican de manera clara, contextualizada, sin dedos juzgadores. El segundo libro de la sicóloga Marcela Lechuga tiene precisamente esa generosidad de plantear el conflicto con empatía, con un poco de manjar para que el cambio o la necesidad de cambio que pueda hacer cada cuál con su vida no sea un desgarro, sino una oportunidad de poder estar mejor y más cerca de lo que soñamos. La tesis del libro es ¿hasta qué punto nos limitamos para realmente vivir como queremos? y la invitación es :hazlo, se puede, vivir implica la cuota de conciencia y adrenalina que conlleva el riesgo. De manera clara, pero muy asertiva la autora nos presenta un camino, reconocible para muchos, donde el evitar el dolor y el conflicto no sólo llevan a la aridez existencial sino que impiden directamente vivir la vida que nos toca; nos muestra, incluso intercalando inspiradores párrafos de libros o directamente cuentos populares, que el riesgo de vivir vale la pena, no como un cliché, sino como una necesidad existencial. Un libro que vale la pena para intimar con los propios miedos, limitaciones y principalmente, con nuestros sueños liberadores. Arriesgarse a vivir. Marcela Lechuga. Editorial Grijalbo.189 páginas.
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