Por Marcela Contreras
Terapeuta holística / www.espacioshanti.cl
Muchas veces, al cerrar el año por cansancio u otros diversos motivos sentimientos negativos afloran y no podemos explicarlos, por lo mismo, nos cuesta más resolverlos. Es el caso de la rabia y el resentimiento, dos emociones fuertes que no siempre se distinguen. La rabia es una emoción que se puede activar cuando surge un nivel de frustración, ya sea porque nos sentimos ofendidos, heridos, traicionados o nos vemos imposibilitados de realizar lo que esperamos en el momento en que lo deseamos, por ejemplo, llegar a nuestro lugar de trabajo y enfrentarnos a una congestión vehicular.
La inhabilidad de resolver un problema difícil, a pesar del esfuerzo cognitivo sostenido, pronto altera a la persona, se torna en rabia y la lleva a comportarse de una manera violenta y descontrolada (gritar, lanzar maldiciones, tirar cosas contra la pared).
El resentimiento en cambio, es sentir una y otra vez (re-sentir) el enojo que hemos experimentado en el pasado y que fuera provocado por una persona o situación. Es un enojo no expresado, que reprimimos por temor a las consecuencias o por nuestra incapacidad de enfrentar a la persona que lo provocó y la hacems presente a través de nuestros pensamientos y recuerdos.
¿Qué tipo de pensamientos?
• Haber sido tratados injustamente
• Creer que los demás quieren aprovecharse de nosotros
• Nuestra incapacidad para evitar las situaciones o personas que nos dañan o evitar las consecuencias negativas que pueden resultar, si uno se enfrenta a dicha persona
• Estar convencidos de que nunca vamos a obtener lo que deseamos y/o por lo que tanto hemos trabajado.
•Deseo de venganza
Cuando estamos resentidos por algo, cada persona responde de una manera diferente, pero casi todos coinciden en negar que estén enojados o en no querer expresar la razón de su rabia. Podemos dar la apariencia de que estamos tranquilos o que nos sentimos indiferentes en relación a lo que sucedió o a la persona que nos lastimó.
Como podemos ver, rabia y resentimiento son dos cosas distintas, los niños con rabia, hacen pataletas, lloran y gritan, pero al instante, vuelven a su rutina, sonríen y juegan como si nada hubiera pasado. En cambio los adultos, generalmente cuando nos enojamos con alguien, vamos acumulando rabia, no decimos nada, pero con el tiempo, esa rabia se convierte en resentimiento, el cual no sólo perjudica nuestras emociones sino que además daña nuestro cuerpo.
¿Cómo podemos eliminar el resentimiento?
1. Analízate
Lo primero que tenemos que hacer es analizar si estamos resentidos con alguna persona. Muchas veces es difícil aceptarlo, porque nos causa dolor, nos recuerda lo que sucedió y nos da una imagen de nosotros mismos, que quizás no nos gusta. Pero si queremos ssalir adelante no hay otra opción.
Piensa en todas las personas importantes en tu vida pasada y presente. Dedícale unos momentos a cada una y observa quién te provoca enojo, tensión, angustia o malestar. Haz una lista con las personas que te causaron una emoción negativa, escribiendo su nombre y qué sentimientos te provoca. Escoge una de esas personas y escríbele una carta. No elijas, en un principio, a la persona que te provocó la emoción más intensa, ni envíes la carta, es sólo para ti. Escríbele cómo te sientes, explicándole qué fue lo que te molestó o lastimó, cómo te afectó en esos momentos y de qué manera ha influido, esa situación, a lo largo de tu vida.
Revisa la carta e identifica los sentimientos, pensamientos y recuerdos que provocaron y mantienen el resentimiento. Escríbelos o márcalos en la carta.
Ahora imagínate que eres esa persona. Concéntrate para identificarte con ella y contesta la carta, explicando la situación desde su punto de vista. Refiriéndote a cada uno de los sentimientos y pensamientos descritos. Al terminar de escribir esta segunda carta, léela y piensa si esa persona estaba consciente del daño y dolor que te provocó y si eso era lo que quería. Si tu respuesta es que sí, piensa si vale la pena que te amargues y sufras por una persona así. Aprende a perdonarla y deja el pasado atrás. No es por ella. Es por ti!!. Cuando perdonamos, dejamos de cargar el dolor y la rabia que nos hacen sufrir y nos impiden lograr un mayor bienestar.
Si tu respuesta es que no quiso dañarte, con mayor razón perdónala, pero no te regañes o critiques por la forma en que respondiste o por haber tenido resentimiento este tiempo. Recuerda que hiciste lo que en esos momentos, eras capaz de hacer, pensar y sentir. Cuando empieces a pensar en lo que pasó y a revivir las emociones negativas, piensa o di en voz alta: «Eso ya pasó. No puedo cambiar el pasado, pero quiero tener un buen presente. Por eso me despido y dejo que se quede en el pasado, que es donde corresponde». Posiblemente, hacer esto una sola vez no sea suficiente, pero con la práctica lo vas a ir logrando. Cuando sientas que has obtenido buenos resultados, elige otra persona y repite el ejercicio.
2. Perdónate:
Con frecuencia y sin darnos cuenta, estamos enojados con nosotros mismos. Pensamos que somos tontos, o que nosotros provocamos o permitimos lo que sucedió, etc. Pero no te regañes por no haber sido asertivo por haber sabido cómo hacerlo. Es como regañarte por no saber hablar chino. No podemos hacer lo que no aprendimos. Pero ahora puedes aprender. pero date el tiempo que necesitas.
3. Acepta la injusticia de la vida.
Algunas veces la vida nos parece injusta, pero lo es para todos, no sólo para ti. Hay cosas que no podemos cambiar, aunque no nos gusten y hay gente que es injusta con nosotros, porque sus metas, deseos, formas de pensar y sentimientos son diferentes a los nuestros. Y cuando luchan por su bienestar o satisfacción, pueden ir en contra del nuestro.
4. Eleva tu autoestima.
Revisa tu autoestima y procura fortalecerla. Piensa que puedes aprender a actuar y pensar de una manera distinta y más sana para ti.
5. Ocúpate.
Cuando empieces a pensar en cualquier cosa que inicia tu resentimiento, ponte a hacer algo que te mantenga ocupado y no te deje darle vueltas una y otra vez a lo que sucedió.
6. Revisa tus pensamientos.
Nuestro patrón de pensamiento puede aumentar nuestras emociones y distorsionar nuestra percepción y evaluación de los hechos.
En ocasiones nos cuesta eliminar el resentimiento sin ayuda. Si recurres a un amigo, familiar o terapeuta, escoge a la persona que no te va a confundir más, dándote razones para seguir enojado o que vaya a criticar tus sentimientos.
Estamos en un mundo de dualidad, no es “malo” sentir rabia, es una emoción que está presente en nosotros, lo importante, es saber manejar esa rabia para que no se convierta en resentimiento.
Aprovecha de hacer este ejercicio ahora que estamos a fin de año, para comenzar el próximo libre de emociones negativas.
¡Les deseo una hermosa Navidad y maravilloso Año Nuevo!