El Tarot es una estructura de pensamiento que puede ser utilizada de diversas formas. Este ejercicio que deseo compartir con ustedes consiste en crear una historia a partir de los gestos y acciones que realizan los personajes de los veintidós llamados Arcanos Mayores. Posteriormente completé el relato utilizando los significados simbólicos que suelo atribuir a cada una de las ilustraciones. Recomiendo este ejercicio óptico a todos los lectores de Tarot para agilizar la mirada y enriquecer las lecturas.
Dos personas que pasan un rato agradable en una playa (XVIIII) descubren a otra persona que al exponerse al sol ha adquirido un extraño color celeste (XX) Sorprendidos y creyendo que se trata de una extraña reacción alérgica con consecuencias inciertas deciden llamar una ambulancia para trasladarlo a un servicio médico (VII) Una vez allí, dos médicos especialistas lo examinan y se dan cuenta que el color corresponde a una iluminación interior (XV) En ese momento el paciente recupera su color natural (XXI)
El SOL (XVIIII) en el Tarot, así como en la tradición alquímica representa el metal más noble; el oro, es decir la Conciencia. La persona que se expone al sol en esta historia es alguien que ha despertado y ampliado su conciencia obteniendo una perspectiva más amplia de si mismo y de su entorno, y eso se traduce en una tonalidad de color celeste, que representa el despertar de una dimensión cósmica más íntegra en unión con el plano material.
Los personajes de la historia que se asustan y llaman a una ambulancia, representan a la sociedad que conspira en contra de nuestro despertar. Podemos ver entonces en la carta EL DIABLO (XV) al paciente de color celeste tumbado de espaldas mientras es examinado por dos doctores. En su mano izquierda, nuestra derecha, porta una antorcha encendida lo cual representa un estado de iluminación. Sus alas amarillas y rojas elevan su ser permitiendo, gracias a un trabajo consciente que desarrolle al máximo sus potenciales e iniciativas más honestas.
En la última carta, EL MUNDO (XXI), lo vemos enmarcado por sus cuatro vehículos que dentro del proceso han sido realizados: el ángel: satisfacción emocional; el toro: satisfacción material; el águila: satisfacción mental y el león: satisfacción sexual.
Para que realices este ejercicio puede resultarte útil seguir los siguientes pasos:
Emplea un máximo de tres cartas al principio, a las cuales puedes sumarle cuatro con la práctica. Cuando te sientas más seguro agrega más cartas hasta cerrar la historia.
La primera carta inicia la historia. Obsérvala con detención. ¿Qué hay en ella? ¿Hay un personaje central? ¿Qué acción o gesto realiza el personaje? En esta parte del ejercicio evita realizar una interpretación, sólo describe la situación. Haz lo mismo con las siguientes cartas, tratando de hilvanar las actitudes para realizar una historia secuencial. Cierra la historia en la última carta.
Una vez realizado lo anterior puedes ir más lejos para agregar elementos a tu historia. ¿Qué emoción despierta eso en ti? ¿Cómo te sentirías si estuvieras frente a ese personaje? ¿Esta imagen trae algo a tu memoria?
Ahora usa tus impresiones para interpretar la historia como si se tratara de un sueño.
¡Buenas lecturas!