Por Valeria Solís T.
Periodista y Escritora
Iniciamos el inivierno con dos nuevas sugerencias literarias, el reciente Premio Alfaguara, Eduardo Sacheri (conocido por el Secreto de sus ojos) nos presenta una novela de acción, la búsqueda de justicia del ciudadano común, sin duda, de las historias más sabrosas de leer. «Señoritas en Toma» es la primera novela de la joven chilena Valeria Barahona, quien con cierto frenesí nos testimonia con tintes de ficción lo que fuera el histórico movimiento estudiantil del 2006.
Nos encontramos frente a la primera novela de la joven periodista Valeria Barahona. Una propuesta que mezcla lo testimonial con la literatura. La historia, escrita a ratos con la adrenalina del primer libro, con cierta premura y poca decantación de ideas y letras, nos cuenta lo que ocurrió con una estudiante secundaria de un acomodados colegio de monjas, con su esperable espíritu tradicional y aislado del mundo, que en medio del ímpetu de las marchas de estudiantes secundarios del año 2006 en Chile, deciden ser parte del movimiento. Nos encontramos entonces con una historia real, en el macro, que nos lleva a mirar la cercanía de la historia particular: ésa que nos ayuda a comprender los procesos sociales.
Mariana de Jesús la protagonista, nos lleva al comienzo a mostrarnos sus pequeñas rebeldías (como decir «pichula» en las fotos oficiales del colegio para espantar a las monjas) en medio de rezos, cursos de manualidades, arte y academia, que dan la sensación de detenerse en el tiempo, uno que no considera la formación de las mujeres como integrantes empoderadas de una sociedad, sino como acompañantes rumiantes y hermosas como plantas de algún empresario que mantenga y perpetue el estatus familiar. Pero las noticias nacionales se cuelan y la protagonista conoce a un estudiante de uno de los liceos emblemáticos del movimiento, el Instituto Nacional, y se atreve a cruzar el muro imaginario de la separación de la urbe: la protagonista camina por el centro, baja de plaza Italia y ve calles que prácticamente no conocía. Entre el romanticismo adolescente y la adrenalina de poder tener más protagonismo que en una sala de clases, decide sumar compañeras de apellidos rinbombantes para ser parte del movimiento estudiantil. Todo lo que logran, vuelven a esta novela dinámica, entretenida para un público juvenil. Aún más cercano al relato testimonial de un blog que al del peso literario de una novela, vale la pena conocerlo y que la autora siga puliendo la bullante energía que trasluce al escribir. Valeria Barahona. Señoritas en toma. Editorial Emergente Narravita. 125 páginas.
El autor de «El secreto de sus ojos» libros que fuera exitosamente llevada al cine, hoy nos presenta su última novela que, de paso, obtiene el premio Alfaguara 2016. Bajo estos honores a la pluma literaria, Sacheri nos invita a adentrarnos en una historia particular, la de hombres comunes de un pueblo pequeño. Esa forma inteligente de decirnos que lo que vemos en la noticia como macro problema, tiene más cobijo y empatía cuando se ve observa en la realidad particular y mínima. Pocas veces se logran entender las cosas en la información macro. Vamos entonces al año 2001, Argentina, un Presidente que arranca en helicóptero (ya eso da para película), un desplome económico, «el corralito» y las manos amarradas de cientos de argentinos que no pueden sacar su dinero de los bancos, quedando «a la buena de dios».
La historia de Perlassi, un ex jugador de fútbol, no de selección, pero si de reconocimiento en su pueblo y alrededores, intenta buscar salidas, previas al desplome monetario nacional, para asegurar una vejez más tranquila. Se le ocurre un buen negocio donde invita a otros comensales a sumarse como el gomero (vulcanizador) Fontana, los hermanos lópez, su hijo Rodrigo. Juntan peso a peso el dinero, confian en el banco, en las posibilidades de las que les habla el gerente (uno de aquellos que sabe que vendrá un desplome de aquellos, pero que se concentra en sus propios dividendos) y con dolor de estomago guardan el dinero. ¿Cuando? 24 horas antes del desplome. Sólo en 30 años podrian volver a sacar el depósito, en el mejor de los casos. Pero la intriga de esta novela de antihéroes, o héroes sencillos de la calle, se desata cuando se enteran que aquel gerente junto con un tal Manzi, el hijo de puta de la zona, habian planeado sacar ese y otros depósitos a minutos de haber sido entregados confiadamente al banco. Lo que vendrá después será una historia de tragedia, contada con un exquisito humor negro, y la búsqueda de venganza, ni el gerente ni el famoso Manzi podrán dormir tranquilos hasta lograr hacer justicia con la torpeza de las propias manos. Una novela que no extrañaría verla en la pantalla grande. Se agradece la buena pluma, el relato simple que atrapa en cada página. Eduardo Sacheri. La noche de la Usina. Editorial Alfaguara. 362 páginas.